La riqueza como injusticia: la economía moral del Mediterráneo antiguo y medieval (I)

Viñeta satírica que muestra un mundo dividido: una pequeña élite adinerada ocupa un espacio verde y vacío, mientras el resto de la humanidad está hacinado en la otra mitad. El texto indica que el 1% controla el 46% de la riqueza mundial.
Caricatura sobre la desigualdad global: el 1% acapara el 46% de la riqueza mundial, mientras el resto vive hacinado y excluido. Datos basados en informes de Oxfam. Autor: Político / Vick / Wuerker.

Introducción: ¿es injusto ser rico?

Inicio una serie de entradas dedicadas a explorar cómo distintas culturas, a lo largo de la Historia, han concebido la riqueza y los mecanismos sociales para regularla, justificarla o combatir su injusticia.

En las sociedades del Mediterráneo antiguo y medieval, la respuesta a esta pregunta era mucho más clara y contundente de lo que imaginamos hoy. En un mundo donde los recursos eran vistos como limitados, la acumulación de riqueza no era un mérito, sino una sospecha de injusticia.

El Mediterráneo y la "imagen del bien limitado"

Retrato en blanco y negro de George M. Foster, sentado, con gafas, pajarita y traje, sosteniendo una escultura antropológica en sus manos.
George M. Foster (1913–2006), antropólogo cultural estadounidense. Su teoría del “bien limitado” ha sido fundamental para entender la economía moral de sociedades campesinas como las del Mediterráneo antiguo y medieval. Fotografía reproducida con fines educativos. Fuente: Antropowiki / dominio público o sin indicación de restricciones conocida.

En 1965, el antropólogo George M. Foster formuló un concepto que ha marcado la antropología económica hasta nuestros días: la imagen del bien limitado. Según Foster, en las sociedades campesinas —como las que dominaron el Mediterráneo durante siglos— existía la creencia de que los bienes de la vida eran finitos. La tierra, la riqueza, el honor o la influencia no podían multiplicarse indefinidamente; estaban ya repartidos. Si uno acumulaba más, era porque le estaba quitando a otros.

 (…) peasants view their social, economic, and natural universes —their total environment— as one in which all of the desired things in life such as land, wealth, health, friendship and love, manliness and honor, respect and status, power and influence, security and safety, exist in finite quantity and are always in short supply, as far as the peasant is concerned.

George M. Foster, «Peasant Society and the Image of Limited Good» (1965), p. 296.

Captura de la primera página del artículo “Peasant Society and the Image of Limited Good” de George M. Foster, con dos citas introductorias sobre la base cultural del comportamiento humano.
Primera página del artículo “Peasant Society and the Image of Limited Good”, de George M. Foster, publicado en American Anthropologist (1965). En él, Foster argumenta que las sociedades campesinas conciben los bienes como finitos y que la riqueza de uno implica la pérdida de otro. George M. Foster, Peasant Society and the Image of Limited Good, en American Anthropologist, Vol. 67, nº 2 (1965), pp. 293–315. Uso con fines educativos y de análisis académico. Revista publicada por la American Anthropological Association.

Marshall Sahlins también estudió y expuso conclusiones parecidas en su artículo «On the Sociology of the Primitive Exchange», donde establece que las sociedades tradicionales vivían con una ética de la reciprocidad, donde los intercambios económicos se basaban en las relaciones de parentesco y la igualdad.

Este principio, aunque formulado en el siglo XX, describe con precisión una lógica social que encontramos ya en el mundo antiguo y que vamos a ver a continuación.

Infografía que representa el concepto de “bien limitado”: una figura toma una porción grande de un gráfico circular (simbolizando los recursos), mientras otras representan pobreza (pérdida para otros) y riqueza (ganancia para algunos), con la frase final “Desigualdad como injusticia”.
Infografía sobre el concepto de bien limitado y desigualdad social. Cuando uno acumula más de lo que le corresponde, otro queda sin lo necesario. Este principio, presente en muchas culturas tradicionales, explica por qué la riqueza no era vista como virtud, sino como fuente de sospecha o injusticia. Fernando Bujedo-Historia Crítica.

Ecos del bien limitado en las primeras culturas mediterráneas y próximo-orientales

Aunque el modelo del bien limitado fue formulado desde el estudio de sociedades campesinas mediterráneas clásicas y medievales, encontramos ideas similares en muchas otras culturas del Mediterráneo antiguo y próximo-oriental que también expresaron preocupaciones éticas y religiosas ante la desigualdad y la acumulación excesiva.

Egipto: Maat, equilibrio y moderación

Fragmento de la Máxima XX de las Instrucciones de Ptahhotep, con el texto jeroglífico acompañado de la traducción: “No seas avaro en los repartos… ni avaro con tus allegados”.
“No seas avaro en los repartos”: así comienza la Máxima XX de las Instrucciones de Ptahhotep, uno de los textos más antiguos de sabiduría ética del mundo. Esta enseñanza refleja una preocupación clara por la justicia distributiva y la generosidad con los allegados. Fuente: "La literatura sapiencial egipcia. Volumen I", edición y traducción de Ángel Sánchez Rodríguez. Disponible en Egiptología.com. Imagen reproducida con fines educativos y de análisis cultural.

En el antiguo Egipto, la noción de Maat —orden cósmico y social— implicaba una visión moral de la economía, por lo que la acumulación excesiva atentaba contra ese equilibrio y estaba mal considerada. Los textos sapienciales recomiendan la moderación y el reparto:

No seas avaro en los repartos, ni codicioso más que en lo relativo a tus bienes, ni avaro con tus allegados.

Instrucciones de Ptahhotep, c. 2400 a.C. Traducción y edición de Ángel Sánchez Rodríguez.

Además, en el juicio de los muertos del Libro de los Muertos, uno de los pecados que se niega haber cometido es “no acaparé granos”, lo que demuestra que el abuso económico era considerado una falta moral.

Captura de una traducción al castellano del Libro de los Muertos, capítulo 125, que incluye declaraciones como “no acaparé granos” o “no hice pasar hambre”, enmarcando un ideal moral de justicia social.
Fragmentos del capítulo 125 del Libro egipcio de los muertos. El difunto declara su inocencia ante un tribunal divino: “No empobrecí a un pobre en sus bienes”, “No hice pasar hambre”, “No acaparé granos”. Estos preceptos revelan una clara ética de justicia distributiva y moderación económica. Edición castellana no identificada. Imagen reproducida con fines educativos y de análisis cultural.
Ilustración del juicio del alma en el antiguo Egipto: Anubis pesa el corazón de un difunto frente a la pluma de Maat, mientras Thot registra el resultado y Ammit espera. Doce dioses sentados actúan como tribunal.
Escena del juicio de Osiris, según el Papiro de Ani. Anubis pesa el corazón del difunto en la balanza; Thot registra el resultado y Ammit, la devoradora, espera. Doce dioses actúan como tribunal. Esta ilustración muestra cómo la justicia —incluida la económica— formaba parte del juicio moral que determinaba la salvación del alma en el antiguo Egipto. Imagen del Papiro de Ani, Libro de los Muertos del Imperio Nuevo. Fuente: digitalización y coloración por César Ojeda (CC BY-NC-ND). Imagen reproducida con fines educativos y de análisis cultural.

Mesopotamia: justicia regia y cancelación de deudas

Estela tallada en piedra con escritura cuneiforme: el rey Hammurabi recibe instrucciones del dios Shamash en la parte superior. Debajo se encuentra inscrito su código legal.
Estela del Código de Hammurabi (c. 1750 a.C.), procedente de Susa y escrita en acadio mediante escritura cuneiforme. En la parte superior se representa al rey Hammurabi recibiendo el cetro de la justicia de manos del dios Shamash. El resto del monolito contiene el texto legal, incluido su célebre prólogo, que proclama: “para impedir que el fuerte oprimiera al débil”. Wikimedia Commons, CC BY-SA 3.0 FR.

En Sumer y Babilonia, los reyes legitimaban su poder proclamando decretos de justicia social (mīšarum) que anulaban deudas, liberaban a deudores esclavizados y restablecían un cierto equilibrio social. En estos textos se expresa con claridad la intención de los monarcas de proteger a los más débiles frente a los abusos estructurales; por ejemplo, el Código de Hammurabi fue establecido

(…) para impedir que el fuerte oprimiera al débil.

Código de Hammurabi, c. 1750 a.C. Trad. Federico Lara Peinado.

Aunque hay que entender que no se buscaba una igualdad, sino, como he dicho anteriormente, que hubiera un cierto equilibrio social.

También en los edictos de Urukagina (c. 2350 a.C.), rey de la ciudad-estado de Lagash en Sumer, se ordenaron importantes reformas fiscales y sociales. Estas incluían la condonación de deudas, la prohibición del cobro abusivo por parte de oficiales y sacerdotes, la devolución de tierras indebidamente apropiadas y la abolición de prácticas que afectaban especialmente a madres pobres, artesanos y campesinos. Estas medidas buscaban frenar los abusos sobre las capas más vulnerables de la población, como viudas y huérfanos. La justicia distributiva era, por tanto, no solo un ideal ético, sino también un fundamento pragmático del poder real que reforzaba la legitimidad del soberano ante sus súbditos.

Cono de arcilla sumerio inscrito con escritura cuneiforme; contiene las reformas sociales de Urukagina, rey de Lagash, orientadas a frenar abusos fiscales y proteger a los vulnerables.
Cono con los edictos de Urukagina. Este documento sumerio del siglo XXIV a.C. recoge medidas del rey de Lagash para limitar el poder de las élites, proteger a viudas y huérfanos y restituir propiedades usurpadas. Representa uno de los primeros intentos conocidos de limitar legalmente el abuso económico. Wikimedia Commons, bajo licencia CC BY-SA 3.0 FR

Levante y mundo hebraico: denuncia profética

Profeta hebreo de la Antigüedad denunciando públicamente las injusticias ante un grupo de personas en una ciudad del Levante antiguo.
Un profeta alza la voz contra la injusticia social en el antiguo Israel, cumpliendo su papel como conciencia crítica de la comunidad y defensor de los débiles.

Los profetas de Israel, influenciados por la cultura semita del Levante, condenan la acumulación injusta con una carga ética contundente. En Isaías (5:8) se denuncia:

¡Ay de vosotros, que compráis casas y más casas, que conseguís campos y más campos, hasta no dejar lugar a nadie más, y os instaláis como si fuerais los únicos en el país!

En esta corriente profética, la riqueza no era vista como bendición automática, sino como potencial injusticia si se lograba a costa de los demás, en especial de huérfanos, viudas y campesinos.

El rey Baltasar se sobresalta ante la escritura divina en la pared durante un banquete fastuoso, rodeado de cortesanos sorprendidos.
El rey Baltasar, rodeado de lujo y ostentación, es interrumpido por la escritura divina que anuncia su juicio. Una denuncia visual del abuso de poder y riqueza en las antiguas cortes reales. Wikimedia commons.

Esta preocupación no se limita a los libros proféticos: en textos legislativos como el Levítico (25:10) y el Deuteronomio (15:1-11), se prescriben prácticas periódicas de liberación y redistribución, como el año jubilar y la remisión de deudas cada siete años, con el fin de evitar el empobrecimiento estructural y restaurar la equidad dentro de la comunidad.

Finalizo esta primera parte, en la siguiente continuaré con este análisis centrándome en Grecia y Roma.

📚 Bibliografía utilizada en esta primera entrega:

📜 Fuentes primarias

📖 Estudios contemporáneos

  • Foster, George M. (1965). Peasant Society and the Image of Limited Good. American Anthropologist, 67(2), 293–315. 
  • Sahlins, Marshall (1965). «On the Sociology of Primitive Exchange.» In The Relevance of Models for Social Anthropology, edited by Michael Banton, pp. 139–236. London: Tavistock Publications.

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