El nombre de Abraham en una estela egipcia

Introducción: contexto espacial y temporal
Tradicionalmente, el origen del nombre de Abraham se ha explicado en la Biblia como «padre de muchas naciones» (Génesis 17:5):
y ya no te llamarás Abram. Desde ahora te llamarás Abraham, porque te voy a hacer padre de muchas naciones.
Esta interpretación ha sido la base de la identificación de Abraham como figura patriarcal en la tradición hebrea.
Sin embargo, en 1979, el historiador italiano Mario Liverani propuso una hipótesis filológica e histórica que plantea que el nombre Abraham podría derivar de una tribu palestina mencionada en una estela egipcia del faraón Seti I.
Para comprender la hipótesis de Liverani, es fundamental situarnos en el contexto del Próximo Oriente hacia el 1300 a.C., cuando Seti I consolidaba el poder en Canaán. Nos encontramos en una época convulsa, marcada por la consolidación del dominio de Egipto sobre Palestina y las continuas disputas entre tribus locales. En este escenario, las inscripciones monumentales egipcias no solo celebraban las victorias militares, sino que también reflejaban la compleja interacción entre pueblos nómadas y sedentarios.
En este contexto emerge la figura de Abraham, cuyo nombre, según Liverani, podría estar vinculado a la tribu Rahamu, olvidada con el tiempo y mencionada en una estela de Seti I. Analizaremos cómo esta interpretación histórica aporta una nueva perspectiva sobre el origen del nombre de Abraham, vinculándolo a un grupo tribal nómada del siglo XIII a.C

El Próximo Oriente en la época de Seti I: un escenario de conflictos y migraciones

Durante el reinado de Seti I (finales del siglo XIV a.C. – principios del siglo XIII a.C.), el Próximo Oriente Antiguo se encontraba en una etapa de constantes transformaciones políticas y sociales. El Imperio Nuevo egipcio, en su apogeo militar y territorial, ejercía un férreo control sobre Palestina, considerada una región estratégica tanto por su ubicación geográfica como por sus recursos.
Seti I, padre de Ramsés II, consolidó el dominio egipcio en esta región tras campañas militares que quedaron reflejadas en inscripciones monumentales.. Estas campañas no solo se enfocaron en reprimir revueltas locales, sino también en asegurar las rutas comerciales que conectaban Egipto con el Levante.
En este complejo entramado político, las tribus locales desempeñaron un papel fundamental. Algunas tribus eran vistas como aliadas circunstanciales de los egipcios, mientras que otras ofrecían resistencia. Esta situación de constante movimiento y conflicto quedó registrada en las estelas conmemorativas de Seti I, donde aparecen mencionadas tribus palestinas, entre ellas la enigmática tribu Rahamu.
Palestina no solo era un campo de batalla entre Egipto y pueblos locales, sino también un espacio de interacción cultural donde las tradiciones tribales coexistían con la influencia egipcia. Esta multiplicidad de influencias contribuyó a la configuración de identidades colectivas que más tarde cristalizarían en los relatos bíblicos.
La hipótesis de Liverani sobre el origen del nombre de Abraham
En 1979, el historiador italiano Mario Liverani propuso que el nombre Abraham podría derivar de una tribu mencionada en una inscripción egipcia: los Rahamu, documentados en una estela de Seti I. Hasta entonces, el nombre había sido interpretado exclusivamente como el de un personaje patriarcal literario, sin vinculación directa con tribus históricas concretas.

Seti I (c. 1309-1290 a.C.) erigió dos estelas en Beth-Shan (Israel). La menor de ellas es la que documenta un conflicto entre tribus asiáticas locales, mencionando a los «asiáticos de Rehem».
En este día, [alguien vino a informar] a su [majestad]: Los Apiru del Monte Yarmuta, junto con Teyer…, [se han le]vantado en ataque contra los asiáticos* de Rehem.
(Traducción propia basada en la versión en inglés de John A. Wilson, University of Chicago, a partir de: «On this day, [one came to tell] his [majesty]: The Apiru of Mount Yarmuta, with Teyer…, [have ar]isen in attack upon the Asiatics of Rehem.» – Pritchard, 1969, p. 255).
Lo interesante de esta estela es que da los nombres de entidades tribales específicas. Desde los primeros estudios, como el de Abright en 1952, esta información no ha pasado desapercibida, pero tampoco se le ha prestado la debida atención por razones que explica Liverani:
Desde esta perspectiva, un texto que no parece nombrar ninguna entidad tribal, personal o toponímica ya conocida del texto bíblico no se considera material relevante.
(Traducción propia del original: «In questa ottica un testo, che non sembra nominare nessuna entità tribale o per sonale o toponomastica già nota dal testo biblico, non viene considerato materiale pertinente.» – Liverani, 1979, p. 11).
¿Cómo es posible que no se hubiera visto antes la mención a los Rahamu (Rehem según Wilson) como una posible conexión con Abraham? Bueno, la respuesta que da Liverani pasa por el análisis que hizo Albright en 1952.
*Amu es el término egipcio para designar a los asiáticos occidentales.
Análisis e ideología

Retrocedamos hasta 1949. En ese año, Bernhard Grdseloff fue el primero en estudiar la estela descubierta poco antes. Al hacer la lectura de los jeroglíficos, fue el primero en proponer la lectura de Raham. Pocos años después, en 1952, el famoso arqueólogo William Foxwell Albright realizó un nuevo estudio en el que se opuso a la lectura de Grdseloff:
«No hay base para pronunciar la palabra Rahâm según Grdseloff, aunque la raíz verbal es obviamente la misma que en el nombre patriarcal Abraham.»
(Traducción propia del original: «There is no basis for pronouncing the word Rahdm, with Grdseloff, though the verbal stem is obviously the same as in the patriarchal name «Abraham».» – Albright, 1952, p. 29, nota 26).
Aunque Albright lo justifica debido a razones filológicas e históricas, Liverani lo ve de otra manera:
Si se considera que Grdseloff, cit., p. 21, al vocalizar Rahâm no hace ninguna referencia a la comparación con Abraham, está claro que con su notación aparentemente neutra, técnica (¡sobre la vocalización!), Albright ha querido (¿inconscientemente?) cortar de raíz (¡en su mente!) una comparación que podría poner en crisis la historicidad de Abraham.
(Traducción del original: «Se si pensa che Grdseloff, cit., p. 21, nel vocalizzare Rahâm non fa cenno alcuno al raffronto con Abraham, è chiaro che con la sua notazione apparentemente neutra, tecnica (sulla vocalizzazione!) Albright abbia voluto (inconsciamente?) stroncare sul nascere (nella sua mente!) un raffronto suscettibile di mettere in crisi la storicità di Abramo.» – Liverani, 1979, p. 14, nota 14).
Liverani considera que el rechazo de Albright puede deberse a una postura ideológica destinada a preservar la figura de Abraham como un personaje histórico concreto, en lugar de aceptarlo como posible reminiscencia de una entidad tribal. Y no es de extrañar teniendo en cuenta las implicaciones religiosas y políticas que tiene esta hipótesis.
He aquí la explicación de por qué no se había tenido en cuenta la lectura que Liverani retoma para su hipótesis de interpretación de la tribu Rahamu como vinculada al nombre de Abraham. Una autoridad como Albright refutó la lectura de Grdseloff por motivos ideológicos y eso lastró las posibles reinterpretaciones de la información proporcionada durante años.
Las bases filológicas de la interpretación

Ahora bien, una cosa es hacer una lectura determinada de una palabra y otra es establecer una vinculación entre esa palabra (que designa a una entidad tribal) con un personaje literario y su nombre personal. ¿En qué se basa Liverani para su propuesta?
La designación tribal es realmente un topónimo que se usa para designar a un grupo tribal: «amu de Rahamu«. Un amu o aamu es la forma en que los egipcios llamaban a un grupo extranjero asiático occidental. Basándose en eso, Liverani propone que los miembros de este grupo se habrían denominado a sí mismos como «los hijos de Rahamu» (o Raham). Esto no es raro en los semitas occidentales (ben, banu, ibn) y conectaría los orígenes de ese clan con un ancestro epónimo llamado «padre de Rhm», que sería «abu-Rahami», y por lo tanto, Abraham.
Pero esta hipótesis no solamente está fundamentada en la lectura y etimología, sino también en la filología de las lenguas de la región.
Abram y Abraham se han considerado siempre como dos variantes de un mismo nombre, pero la realidad es que mientras que Abram sí tiene una etimología clara, Abraham no tal y como explica Liverani:
Solo la «variante» Abram tiene una explicación etimológica clara y completamente obvia (raíz rwm «ser elevado» y similares), mientras que la variante Abraham no tiene ninguna etimología propia (la raíz rhm no existe en hebreo bíblico); (b) solo la «variante» Abram tiene paralelos extra-bíblicos exactos, en particular en ugarítico y en egipcio, mientras que no existen paralelos onomásticos precisos para la forma Abraham. Es necesario considerar que la «variante» Abram podría deberse a una etimología popular o a una intervención normalizadora o común que implique una reinterpretación secundaria de un nombre (Abraham) que ya no significaba nada para los hablantes, quienes obviamente ya habían perdido hace tiempo la noción de la existencia de un grupo tribal desaparecido hace siglos.
(Traducción del original: «Solo la «variante» Abram ha una spiegazione etimologica perspicua e del tutto ovvia (radice rwm «essere elevato» e simili), mentre la variante Abraham non ha alcuna etimologia propria (la radice rhm non esiste in ebraico biblico); (b) solo la «variante» Abram ha esatti paralleli extra-biblici, in particolare in ugaritico e in egiziano, mentre non esistono precisi paralleli onomastici alla forma Abraham. Occorre a questo punto ritenere che la «variante» Abram sia dovuta ad etimologia popolare o ad un intervento normalizzante o comunque ad una reinterpretazione secondaria di un nome (Abraham) che non significava più nulla ai parlanti, i quali avevano ovviamente ormai perso da tempo la nozione dell’esistenza di un gruppo tribale scomparso da secoli.» – Liverani, 1979, p. 16).
Por lo tanto, y según Liverani, el nombre de Abraham podría derivar de (y conservar rastros de) una formación tribal que desapareció en la época «histórica» en que se escribieron las tradiciones bíblicas. El erudito Giovanni Garbini en su obra Historia e ideología en el Israel antiguo cita y apoya esta interpretación dada por Liverani, lo que viene a reforzarla a base de posteriores estudios sobre la figura de Abraham.
Uno de los puntos más importantes es que esta estela (c. 1290 a.C.) es más antigua que el más antiguo documento que contiene la primera mención a Israel: la estela de Merenptah (1208 a.C.). Esto quiere decir que la dinámica formativa del Israel bíblico es un fenómeno histórico complejo, que absorbe y asimila elementos para transformarse en lo que finalmente se convertirá. Lo que nos lleva a interesantes cuestiones: ¿de dónde salen los relatos bíblicos de Abraham tal y como los conocemos?, si Abraham es un epónimo de una entidad tribal, ¿vino desde Mesopotamia tal y como narra la Biblia?, ¿en qué fechas?. Todas estas preguntas tendrán sus respuestas en una entrada posterior.

Conclusiones y recapitulación
- La estela de Seti I es una fuente independiente para comprender la dinámica tribal en el norte de Palestina tras la conquista egipcia de esta región. Despreciar o minusvalorar posibles fuentes de información por no formar parte del corpus normativo es un error enorme.
- Los análisis históricos pueden estar lastrados por perspectivas y prejuicios ideológicos que lastran las investigaciones y los avances durante décadas. La investigación avanza a través de la revisión y la propuesta de nuevas hipótesis sustentadas en nuevos análisis.
- El origen de Abraham como un epónimo tribal (sea real o no) cambia la perspectiva de la creación y de la conformación del Israel bíblico. Esta aproximación no solo enriquece el debate académico, sino que también invita a revisar críticamente la construcción de figuras patriarcales en la historiografía bíblica.
📚 Bibliografía
- Albright, W. F. «The Smaller Beth-Shan Stele of Sethos I (1309-1290 B.C.).» Bulletin of the American Schools of Oriental Research 125 (1952): 24-32.
- Garbini, Giovanni. Historia e ideología en el Israel antiguo (traducido por Juan Vivanco). Barcelona: Edicions Bellaterra, 2002.
- Grdseloff, Bernhard. Une stèle scythopolitaine du roi Sethos Ier. Études égyptiennes, vol. 2. Le Caire: Le Scribe égyptien, 1949. 34 pp.
- Liverani, Mario. «Un’ipotesi sul nome di Abramo.» Henoch 1 (1979): 9-18.
- Liverani, Mario. Más allá de la Biblia. Historia antigua de Israel (traducido por Teófilo de Lozoya). Barcelona: Crítica, 2005.
- Wilson, John A. » Beth-Shan Stelae of Seti I and Ramses II (a).» en Ancient Near Eastern Texts Relating to the Old Testament, edited by James B. Pritchard, 255. Princeton: Princeton University Press, 1969.